Saber que está tan cerca de
tuyo y no lograrlo. Cruzarte con él todos los días en tu trayecto al trabajo,
deseando que el encuentro se produjera debajo de algún andamio, que estrechase
la acera y acortase la distancia que os separa; o quizás, en un día de intensa
lluvia pudieras cogerle del brazo bajo su paragüas y en algún traspiés besarle
mientras que el agua procedente de aquellas negras nubes os inunda de emociones
y deseos.
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