¿Y qué más se puede decir cuando crees que ya está
dicho todo, que sobran las palabras y ahora los silencios valen más?
¿Y qué puedes susurrar para romper un silencio en el que nadie está a gusto?
¿Y por qué no un “te quiero”? Dos palabras que si
las pronuncias de forma auténtica y verdadera, dejando que fluyan tus
sentimientos por cada una de las sílabas, puedes cambiar el mundo.