Sigo pensando que nunca hemos cometido ningún error. Que no hemos hecho nada malo, y por tanto, no tenemos por qué arrepentirnos por nada. Ni siquiera debemos recordar lo que un
día nos cambió, o mejor dicho, nos mutó, es decir, lo que nos hizo sufrir una
transformación completa. Nunca hemos vuelto ni volveremos a ser lo que por un
tiempo fuimos, aunque tampoco deberíamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario