Hoy mi cuerpo se encuentra
abandonado, dejado de lado y sin el protagonismo que toma en estos momentos mi
corazón. La cabeza hace mucho que dejó de darle vueltas a un pasado al que no
se puede volver. Mis pies dejaron de seguir un rumbo fijo, para andar a
trompicones y serpenteando. Y mis manos, mis manos han dejado de recorrer tu
cuerpo y ahora se levantan en señal de despedida para que tú te des por aludido
y dejes de imitar un pasado que yo mi misma experimenté y autoprotagonicé.
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